¿Cuántas veces en nuestra vida sabemos que nos toca hacer algo; que sólo depende de que comencemos? Y… ¡simplemente no sucede! Entonces comenzamos con las excusas, en toda su variedad de colores, sabores, tamaños y formas. Las excusas para los demás y para nosotros mismos. La espinita sigue dentro… es algo que no va a dejarnos tranquilos hasta que lo hagamos.
Esto nos genera muchísima frustración, confusión, temor, cuestionamientos… Eso cuando ya hemos superado al menos medianamente la etapa del “autocastigo”, por no hacer, ser o actuar de la forma en que “deberíamos” hacerlo según los demás y nosotros mismos, en la dicotomía eterna de la mente, el ego, y el corazón, el Espíritu.
Si no hemos superado esa etapa… entonces comenzamos a apropiarnos de un montón de calificativos, que van desde haragán, dejado, descuidado, desastroso… hasta palabras menos “agradables”. Nos duele. Nos quedamos como estancados y nuestro nivel energético va descendiendo… nos vamos contaminando de este “no hacer” en otros contextos de nuestra vida… esto nos impide, hasta cierto punto, estar en total paz con nosotros mismos.
Hasta que encontramos cómo vencer ese bloqueo. Eso que nos ha impedido hasta ahora lograr lo que pareciera que queremos lograr. Algunas veces es más fácil y lo podemos hacer voluntariamente. Otras veces no, como en las adicciones.
Es útil comprender que todos esos juicios que nos ponemos no tienen nada que ver con la Verdad. Sino que, con cada cosa que hacemos – o cada cosa que dejamos de hacer – estamos buscando algo positivo para nuestro Ser. Lo que en Programación Neurolingüística se llama “la intención positiva”. No importa lo que sea… lo más absurdo que pudiera parecer desear la paz a través de la adicción al cigarro… o buscar la seguridad a través del exceso de peso… es así como funciona nuestro inconsciente.
Cuando logramos suplir esa necesidad de algo positivo para nuestra vida, como paz, seguridad, plenitud, a través de otro tipo de comportamientos, más constructivos para nuestro ser persona, entonces ya no tenemos necesidad de seguir buscando eso deteniendo o dejando de hacer aquello que deseamos hacer.
Te invito a que descubras en ti mismo eso que buscas para ti, de una manera más “ecológica” para tu Ser. Y dejes de autocastigarte llamándote cosas que no tienen nada que ver con quien Eres realmente. Pierde el temor al temor… que, a la hora de la hora, es más fácil de lo que parecía. Y, definitivamente, ¡Vale la pena!
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